• La fiesta será el próximo 17 de junio 2023.
  • Este acto se enmarca en el centenario del nacimiento de Josep Vallverdú.

La Viña de los Artistas de Mas Blanch i Jové fue concebida por Josep Guinovart e inaugurada en 2010, y celebra este año su decimotercera edición (es el año 12 porque el año de inicio dedicado a Guinovart fue llamado Año 0). En la actualidad, cuenta con 16 obras expuestas de forma permanente en medio del pintoresco paisaje de La Pobla de Cérvoles, y a partir del 17 de junio sumará una nueva adquisición.

El artista del año será el leridano Josep Vallverdú y la fiesta de La Viña de los Artistas se enmarcará dentro de los homenajes realizados en conmemoración del centenario de su nacimiento. Josep Vallverdú, conocido principalmente como escritor de narrativa para niños y jóvenes y como traductor, sobresale también en los libros personales en todos sus registros: biografía y autobiografía, libros de memorias, de viajes, diarios y, últimamente, su género más cultivado es la poesía, mostrando así su versatilidad y talento en diversas áreas literarias. Vallverdú es autor de más de trescientas tres obras solo en primera edición, como presenta la exposición GeoGrafies, que muestra vida y obra, comisariada por Carme Vidalhuguet. Durante su larga trayectoria, ha sido galardonado con el Premio de Honor de las Letras Catalanas, el Premio Trayectoria, la Medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña, la Cruz de San Jorge, también es Medalla de Oro y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lérida, finalista en dos ediciones del Premio Josep Pla y finalista también del Premio Andersen, que vendría a ser como el Premio Nobel en Infantil y Juvenil, y es también Premio de literatura infantil y juvenil de las Letras Españolas. También ha sido reconocido con el Jaume Fuster de la Asociación de Escritores en Lengua Catalana.

La obra que se presenta en La Vinya, llamada “Llanga”, es una representación escultórica de un dibujo creado por el artista. Este dibujo es un lagarto, uno de los animales que ha sido protagonista de obras del autor como Saberut i Cua-verd. Con esta obra, con “Llanga”, Vallverdú busca capturar la esencia y la imaginación presente en las páginas de sus textos y darle vida a través de la escultura.

De hecho, Vallverdú tiene dos pasiones: escribir y dibujar.

Una de las razones fundamentales por las que la obra de Josep Vallverdú debe tener un lugar en La Viña de los Artistas de Mas Blanch i Jové es su afinidad con la tierra. Con raíces campesinas, Vallverdú posee un conocimiento directo de la vida rural y ha demostrado a lo largo de su trayectoria un compromiso con la defensa y difusión de la cultura campesina. Vallverdú disfruta trabajando la tierra y viviendo en plena armonía con la naturaleza. Mediante esta obra, se establece una unión simbólica entre su amor por la tierra y su legado literario, creando así una experiencia artística única y enriquecedora. Esta obra también establece una feliz síntesis con el “Poema de l’Home” de Guillem Viladot, gran amigo de Vallverdú, obra que también está instalada en La Viña de los Artistas.

De esta manera, la presencia de la obra de Josep Vallverdú en La Viña de los Artistas de Mas Blanch i Jové es un homenaje merecido a uno de los autores más prolíficos de las letras catalanas y uno de los más reconocidos, y se convierte en una representación tangible de su imaginación literaria y un símbolo de su pasión por la tierra, una forma de preservar y compartir su contribución a la cultura e inspirar a otros artistas y amantes de la literatura.

La animalística está muy presente en la obra de Josep Vallverdú. En la obra Bestiario hay un poema dedicado al lagarto:

“El lagarto o lución
es todo él de color verde.
Pasea, ufano,
señorial, orgulloso.
Y de repente se escabulle
sin dejar su cola.”

Perros y gatos, animales con los que puede convivir, son los protagonistas de su obra: Rovelló, El perro eterno o El hombre de los gatos; pero también lo son otros animales en La conquista del barrio, Un extraño en el Arca, El vendedor de peces, Un caballo contra Roma, Tres chacales en la ciudad, En Mir, la ardilla; Gasand y el leopardo, El vuelo del halcón, Ladrones de caballos.

Es un autor con mucha sensibilidad hacia los animales y la ecología. Y eso lo demuestran el Bestiario y el Bestiario 2 con dibujos de Manuel Cusachs y con prólogos, el primero de Pep Coll y el segundo de Josep-Lluís Carod-Rovira.

La inauguración que tendrá lugar el próximo 17 de junio cuenta con la confirmación de más de 400 asistentes, quienes tendrán la oportunidad de visitar otras esculturas que se encuentran en La Viña de los Artistas. Además, se podrán contemplar las obras expuestas de forma permanente en la bodega, así como una exposición temporal titulada “Ojos de Guerra”, creada por siete artistas ucranianos. A través de esta exposición, se muestra la cruda realidad que vive el país y se intenta concienciar sobre los peligros de la guerra. Esta última exposición estará abierta al público hasta el día 9 de julio.

La fiesta totalmente al aire libre consistirá en una cena de pie maridada con los vinos de la bodega Mas Blanch i Jové, la actuación de la Compañía Cassigalls y la música de Jordi Montàñez. Las entradas, muy limitadas, se pusieron a disposición del público a 45 euros y también se puede participar en los concursos de Instagram y Facebook de la bodega Mas Blanch i Jové para conseguir algunas de las invitaciones que se sortean.

UN POCO DE HISTORIA

Guinovart, uno de los grandes pintores catalanes contemporáneos, reconocido en todo el mundo, tiene expuesta la última obra que creó antes de morir (un increíble mural de 10 metros dedicado al vino), dando la bienvenida a los visitantes de la bodega Mas Blanch i Jové, en la denominación de origen Costers del Segre. Guinovart, gran amigo de la familia, también fue el ideólogo de La Viña de los Artistas: una iniciativa única y pionera que integra plenamente el vino en el universo artístico. Una sala de exposiciones al aire libre, en medio de la viña, donde esculturas magistrales son testigos del crecimiento de las vides.

La Viña de los Artistas se inauguró oficialmente en 2010, y como homenaje al espíritu que la concibió, se dedicó el Año 0 a Guinovart, inaugurando de forma póstuma su escultura “El Órgano de Campo”.

El Año 1 fue dedicado al músico, compositor y creador Carles Santos, quien creó la obra “Vi Sonor”, un gran espectáculo musical, un paseo por la historia de la música y la gastronomía que reunió a más de 400 personas. Cinco pianistas, un violín y un coro lograron transportar a los invitados y hacerles vivir una noche inolvidable en ese lugar único. Como testimonio de su paso por La Viña de los Artistas, Carles Santos dejó su legendaria barca “La Sargantaneta” navegando sobre uno de los alcornoques.

Esteve Casanoves fue el artista invitado durante el Año 2. Casanoves diseñó un anfiteatro que se inauguró con el espectáculo “En el Meollo del Hueso, el Olivo” de la directora teatral Maria Vera: una combinación de música, danza y poesía que creó un sentimiento de amor entre el espacio y los espectadores y que sirvió como preámbulo de “La Luz Planando Sobre la Tierra”, la impresionante escultura de más de 8 metros de altura de Esteve Casanoves que, presidiendo la viña, integra el hierro, el vidrio y la luz para fusionarse con la Tierra.

El año 3 estuvo dedicado al gran poeta Joan Brossa. La fiesta organizada por Mas Blanch i Jové y la Fundación Joan Brossa fue del estilo más puro brossiano. Se llenó de poesía visual el municipio de La Pobla de Cérvoles, se hizo salir magia de detrás de las botas, ópera en el mirador de La Pobla de Cérvoles, Commedia del Arte en la Cabana del Guinovart, risas nostálgicas bajo un alcornoque y gigantes en medio de los olivos para inaugurar la escultura “Cap de Bou” [Cabeza de Buey], inspirada en el poema visual de Brossa.

Paralelamente, el pintor borgenc Gregorio Iglesias pintó en el camino de La Viña su obra ‘Entre el Cielo y la Tierra’, un impresionante mural de 60 metros que estuvo trabajando al aire libre durante casi dos meses utilizando tintas chinas y colores naturales, y que desde el 22 de junio de 2013 adorna de forma permanente las cuatro paredes de la sala de barricas.

En el cuarto año, se dedicó a Susana Solano, quien creó una noche enigmática y mágica para la presentación de su instalación “Signatures nº1”, con un espectáculo etéreo de Pep Bou. Con su obra, Solano rindió homenaje a las labores del campo. Una obra dinámica que se integra plenamente en el campo de olivos donde está ubicada.

En el quinto año, fue la danza y el espectáculo ecuestre creado por Lu Arroyo para inaugurar “Emmarcant el Somni: Diàleg” [Enmarcando el Sueño: Diálogo] de Assumpció Mateu. Un diálogo entre el mundo real y el de los sueños, fijando la mirada del espectador en un solo punto.

En el sexto año, Frederic Amat nos mostró su obra “Esclat” [Estallido], un trabajo íntimo dedicado a su madre, quien falleció cuando él tenía 4 meses, y que iluminó las piedras secas de La Pobla de Cérvoles mientras un emocionado Paco Ibáñez dedicaba algunas canciones a su amigo.

En el séptimo año, Evru instaló su “Dongda, La Gran Campana” en medio de un bosque. Evru, con Dongda, busca recuperar la tradición de hacer sonar las campanas. Así, el observador nunca es pasivo en presencia de La Gran Campana: puede intervenir en la acción de hacerla vibrar o en el proceso de recepción del mensaje acústico. Su estímulo sensorial puede convocar tanto a la comunidad cercana como fomentar la unión espiritual con uno mismo, con la humanidad y con el universo.

El año 8, Carlos Pazos rindió homenaje a Duchamp y su erizo con un conjunto escultórico de gran formato compuesto por una torre de vigilancia y unas letras de neón clavadas en la piedra seca del margen que muestran el desesperanzado título de la obra: “No te Prometo Nada”.

El año 9, celebrado en 2019, estuvo dedicado a la austriaca afincada en Madrid, Eva Lootz, quien presentó su obra “La Huella”, una gran huella que habla de la presencia de lo ausente, de la memoria, del tiempo y en la era digital nos recuerda que no solo tenemos una huella digital, sino que nuestro cuerpo tiene una materialidad cuya impronta se inscribe en el entorno inmediato.

El año 10 se presentó “La Guillotina” de Iago Pericot, con un viacrucis gamberro, inédito e irrepetible. “La Guillotina” se erige en La Viña de los Artistas como una propuesta catártica de liberación colectiva, punto final de un recorrido “espectaclizado” irreverente. Y el Año 11 fue dedicado a Antoni Llena, quien inauguró la obra “Món” [Mundo] basada en un poema de Robert Walser que habla del mundo en constante movimiento, en catarsis.

En la pasada edición se inauguró la obra “El Poema de l’Home” [Poema del Hombre] de Guillem Viladot, reinterpretado como poema arquitectónico por Jaume Farreny. Una obra que se inauguró en la Seu Vella de Lleida y luego se trasladó a La Viña de los Artistas como instalación permanente.

La bodega Mas Blanch i Jové ganó en 2015 el premio de enoturismo de Cataluña en la categoría de Arte y Cultura, en 2022 el Premio Vinari de Enoturismo a la Mejor Experiencia Enoturística de Cataluña y en 2023 el Premio a la Innovación Turística de La Vanguardia.

Y es que para los responsables de Mas Blanch i Jové, “el arte y el vino maridan muy bien, de hecho consideramos cada botella de vino una pequeña obra de arte, aunque efímera porque está destinada a ser disfrutada y desaparecer”. Mas Blanch i Jové elabora 10 vinos: el Petit Blanc Saó, el Saó Blanc, el Saó Riesling, el Saó Rosat, el Petit Saó, el Saó Abrivat y el Saó Expressiu, así como las microvinificaciones experimentales Troballa blanca, el Troballa arrels y Troballa ánfora, que no paran de acumular premios (Decanter World Wine Awards, Concours Mondiel de Bruxelles…) y altas puntuaciones en las guías españolas e internacionales más prestigiosas (James Suckling, Wine Spectator, Wine Enthusiast, Guía Peñín, Guia Gourmets, Stephen Tanzer…), todos ellos con una excelente relación calidad-precio.

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