LAS LUCES’ es un vino muy complejo, una elaboración que sólo puede hacerse cuando la climatología y las añadas brindan la oportunidad de elaborar grandes vinos.
La etiqueta de este vino contiene un fragmento del relato que Andrés Trapiello ha escrito para Las Moradas de San Martín.

Las Moradas de San Martín ha presentado esta mañana ‘LIBRO ONCE. LAS LUCES’, su vino más exclusivo. Un vino de guarda de garnacha centenaria que solo puede elaborarse en aquellas añadas excepcionales que lo permiten, como la 2011. Un año marcado por unas temperaturas anuales por encima de la media, buenas precipitaciones y un verano seco y cálido con tormentas prevendimia que refrescaron la uva y contribuyeron a su completa maduración. El resultado es una añada de guarda eterna, ligeramente reductiva, que podrá encontrarse en el mercado en las próximas semanas.

La gama ‘LAS LUCES’ nació en 2007 como un vino personal, con vocación de guarda, capaz de plasmar la esencia de la garnacha de más de cien años, de la forma más natural y respetuosa posible. Un vino muy complejo, cuya elaboración sólo puede hacerse cuando la climatología y las añadas brindan la oportunidad de elaborar grandes vinos.

Así, ‘LIBRO ONCE. LAS LUCES’, el vino más exclusivo de Las Moradas de San Martín, plasma la esencia del terroir de la parcela “La Centenera”, con más de un siglo. Situado en un altiplano de montaña en la vertiente madrileña de la Sierra de Gredos con grandes vientos del noroeste, la parcela “La Centenera” se encuentra a casi 900 metros de altura sobre suelos graníticos, arenosos de arcosas e ígneas con mucho afloramiento rocoso. “Esta arena suelta permite a las raíces de nuestras garnachas profundizar a más de 2,5-3 metros para buscar agua y mantener su calidad en los meses más secos del verano, acostumbrada al secano tradicional”, explica Isabel Galindo, directora técnica de Las Moradas de San Martín.

Plantado en 1908 con una superficie de 3,16 Has, este viñedo cuenta con fuertes vientos frescos del noroeste, coronando un altiplano de montaña, con pH ligeramente ácido, formación en vaso y estricto secano. Este terroir tan particular proporciona la esencia de Las Moradas, materia prima que madura mejor por el contraste térmico día/noche, los vientos, la presión y esos suelos tan pobres en materia orgánica que equilibran una baja producción, pero de diferenciada calidad. “Así obtenemos una uva de una calidad excelente, con impecable acidez, buena maduración y gran equilibrio y estado sanitario que nos da unos vinos muy personales que envejecen muy elegantemente en el tiempo, no siendo lo natural con esta variedad en otras zonas”, explica Galindo. Un viñedo que desde hacer 20 años el equipo de Viticultura de la bodega madrileña trabaja mediante técnicas ecológicas y biodinámicas.

Desde el nacimiento de ‘LAS LUCES’, este vino se elabora solo cuando se dan unas condiciones excepcionales, convirtiéndose en la gran expresión de las garnachas de Madrid. Y es que el año 2011 fue más cálido de lo normal, con temperaturas anuales por encima de la media y unas precipitaciones de 489 mm, distribuidas fundamentalmente en un invierno y un principio de primavera muy lluviosa. El verano fue seco y cálido, pero una gran tormenta una semana antes de la vendimia ayudó a la finalización de la maduración de las pieles y de la uva, superando el estrés que sufría el viñedo y refrescando la uva e incrementando su calidad. La vendimia de la parcela ‘Centenera’, que se realiza completamente a mano y que comienza de forma nocturna para prolongarse hasta las primeras horas de la mañana, tuvo lugar entre el 18 y 19 de septiembre.

Tras la vendimia, se realizó una posterior selección en mesa. Y es que “sólo si se garantiza una calidad excelente ya desde la entrada de la uva en la bodega se elabora con vocación de ‘LAS LUCES”, explica la directora técnica. Posteriormente, se separaron los raspones y se encubó directamente. Allí aguardaron las uvas hasta que, de forma natural con las levaduras propias, arrancó la fermentación, realizando durante dos semanas controles de temperatura para no perder sus aromas y sin intervención para evitar extracciones. Después, pasó a barricas nuevas europeas de 500 litros de tostados ligeros donde realizó la maloláctica, sobre lías, también con bacterias autóctonas durante 18 meses y de forma espontánea. Además, ‘LAS LUCES’ pasó tres inviernos en bodega para limpiarse de forma natural. Finalmente, se embotelló sin clarificar, ni filtrar.

Así, la 2011 es considerada para ‘LAS LUCES’ como una añada de guarda eterna, ligeramente reductiva. Un vino lleno de matices por su gran longevidad, aunando el terroir y la variedad adaptada a estas gravas de altura, con notas de piel de naranja, grafito, monte bajo, frutos silvestres, con predominio de balsámicos y suave madera que le otorga gran elegancia y finura. Un vino complejo, redondo y equilibrado, de capa media-alta de tonalidad cereza y con una boca muy viva y larga.

Para su etiqueta, se ha escogido un fragmento del relato que Andrés Trapiello ha escrito sobre Madrid y su luz para Las Moradas de San Martín. Y es que, “bebiendo de la historia de estas tierras madrileñas vinculadas a grandes escritores del Siglo de Oro español, ‘LAS LUCES’ busca ser reflejo de la luz de Madrid, por ser la primera ciudad española en ostentar la distinción de Paisaje de la Luz, de valor universal excepcional”, explica Luis Nozaleda, director general de Grupo ENATE. Y precisamente el lugar escogido para la presentación de ‘LIBRO ONCE. LAS LUCES’ ha sido el Hotel Mandarín Oriental Ritz, junto al Paseo del Prado y el Buen Retiro, con el que la ciudad de Madrid entró a formar parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO por Este Paisaje de la Luz.

Desde el nacimiento de ‘LAS LUCES’, este vino que solo se elabora cuando se dan unas condiciones excepcionales, ha podido disfrutarse en sus añadas 2007, 2008, 2010 y, ahora, en 2011, convirtiéndose en la gran expresión de nuestras garnachas de Madrid.

Las Moradas de San Martín

A tan solo una hora de Madrid, Las Moradas de San Martín, rodeada de viñedos centenarios de garnacha, es una bodega respetuosa con el medio ambiente, que realiza prácticas de viticultura biodinámicas y cuenta con las certificaciones en cultivo orgánico. Sus vinos se elaboran de forma artesanal y manteniendo el respeto por la uva en todas las fases. Para ello, utilizan dos variedades: la garnacha centenaria y la autóctona albillo real, que están recuperando desde sus inicios.

Capaces de plasmar el alma de la garnacha de este terreno, la bodega de la D.O. Vinos de Madrid hace un guiño a nuestra cultura literaria a través de las etiquetas que visten sus vinos. Y es que literatura y vino van unidos para transmitir como nadie la esencia de sus vinos a través de escritores como Lorenzo Silva, Marta Rivera, Ramón Acín, Óscar Sipán, Ángeles Caso, Luz Gabás o Andrés Trapiello.

Además, Las Moradas de San Martín se encuentra dentro de la zona ZEPA 56 (Zona de Especial Protección para las Aves), un entorno paisajístico de gran valor medioambiental gracias a su flora y su fauna autóctona. Un verdadero pulmón natural, con una atmósfera muy limpia que Las Moradas de San Martín se respeta y mantiene, llevando a cabo tratamientos preventivos con productos naturales.

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