Mañana 1 de agosto dará comienzo la vendimia del Albillo Real en la D.O.P. Cebreros, dando así la bienvenida a la campaña 2020 en Castilla y León.
Esta será una vendimia en la que se estima que la producción rondará los 40.000 kilos con un buen estado sanitario. El número de bodegas que elaborarán Albillo Real en la campaña 2020 será de 6 bodegas.
El Albillo Real es la única variedad blanca admitida en la Denominación de Origen, por lo que todos los vinos blancos tienen que ser 100%.
Actualmente la D.O.P. Cebreros cuenta con 45 hectáreas de Albillo Real que se concentra principalmente en la localidad de Cebreros y también en El Tiemblo, lo que supone algo menos del 10% del total de las hectáreas plantadas, siendo el 85% de ellas de la variedad Garnacha Tinta.
Una bodega más se ha sumado este año, por lo que son 14 las inscritas en la denominación de origen.
En cuanto a hectáreas el número asciende a 465, aunque el periodo de inscripción estará abierto hasta mitad del mes de octubre, reseñar que el coste de la inscripción de viñedo este año está 100% subvencionado por la Diputación de Ávila.
En cuanto a referencias en el mercado con la tirilla de la D.O.P. Cebreros ya nos podemos encontrar con 65 marcas, muchas de ellas recientemente muy bien puntuadas en prestigiosas publicaciones como la Guía Peñin y Robert Parker Wine Advocate lo que pone en valor el gran trabajo que están realizando nuestras bodegas pese a que está siendo un año especialmente difícil, ya que se han suspendido multitud de ferias vinícolas y la hostelería está pasando por un mal momento debido a la crisis del coronavirus.
Con respecto a la Garnacha que es la variedad tinta principal de la Denominación de Origen actualmente está en distintos grados de envero dependiendo de la zona en la que esté situado el viñedo, ya que las altitudes a las que estén situados estos marcarán la fecha de vendimia de cada comarca, vendimia que los servicios técnicos estiman que durará desde finales de agosto hasta principios de octubre.
Más de dos meses por delante en la que será una campaña marcada por el COVID-19, ya que tanto en las bodegas como en campo se deberán seguir los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias y en la que la responsabilidad tanto de elaboradores como de viticultores será clave para que la vendimia transcurra con total normalidad.
