Un grupo de periodistas y escritores del vino, asociados de la AEPEV, tuvimos la suerte de disfrutar de un viaje al corazón de la Rioja Alavesa. Visitamos tres grandes bodegas, que de alguna manera han marcado un antes y un después en la historia de Rioja: Izadi, Remírez de Gamuza y Murua. Las tres han luchado durante décadas por mantener el estilo diferenciado que solamente encontraremos en los vinos elaborados en esta parte de Rioja, marcados sin duda por la morfología del suelo, el clima que le aporta la Sierra de Toloño y la edad de sus viñedos.
Alzamos la vista sobre el campo de Rioja Alavesa para descubrir un paraje idílico, los protagonistas son los colores granates a ocres que proporcionan las hojas de las viñas en otoño “quizás el momento más bello del viñedo”, cubiertos los suelos de un manto blanco de flores silvestres.
Si hablamos de turismo enológico, estaréis conmigo que no todo es vino, sino que hay que dar un espacio a la historia y al paisaje que nos encontramos a nuestro paso, por eso, os quiero hablar del pueblo donde pasamos la noche antes de volver a Madrid, Villabuena de Álava.
“ El pueblo que cuenta con el mayor número de bodegas por habitante del mundo. Un pueblo donde su motor económico es la viña y el vino”.
Nos tocó un día de lluvia por lo que el paseo fue corto, pero sí pudimos comprobar que cada pocos pasos nos encontrábamos con el nombre de alguna bodega en la fachada o en el marco de una puerta, unas pequeñas y otras grandes y con fama a nivel nacional y también internacional, como por ejemplo Bodega. Izadi, que fue una de las anfitrionas en nuestro descubrir un paisaje de Rioja diferente. En los cuatro puntos cardinales hay bodegas y viviendas. El hotel Viura de 4* nos acogió, como os imagináis es un hotel donde el vino es el protagonista. Si visitáis la zona es un buen lugar donde descansar tomando un vino o dos y disfrutar de su excelente gastronomía riojana.
La historia reciente de la evolución de este pueblo se la deben a cuatro familias, según nos cuenta un vecino de Villabuena de Álava: “entre ellas indianos que volvieron con fortuna, los habitantes del pueblo trabajan en su mayoría para ellos, como agricultores”. Su potencial está en los viñedos bien cuidados con los que hacen vino de calidad como hoy en día podemos comprobar.
Lo habitantes de Villabuena apostaron por la riqueza de sus tierras y la elaboración de buenos vinos, que nos lleva al momento actual de este paraje tan singular, muchos de ellos siguen en danza dando lo mejor de sus tierras en forma líquida.
Bodega Izadi: Un Viaje a través del Vino y la Tradición
Bodegas Izadi nace en 1987 de la mano de Gonzalo Antón, quien, junto a un conjunto de amigos y empresarios vitorianos, crea un proyecto innovador en el corazón de Rioja Alavesa.
Villabuena de Álava, donde familiarmente estaba vinculada al mundo de la viticultura, fue el pueblo elegido donde se construyó la bodega innovadora y enfocada a la elaboración de vinos de calidad. Cuenta con un viñedo de 178 hectáreas
La historia de Izadi es pasión por el vino, donde cada botella cuenta una historia de la tierra y el esfuerzo humano.
Izadi es parte del Grupo Artevino, que también incluye otras bodegas reconocidas en la región. Los propietarios han mantenido un enfoque familiar en la gestión de la bodega, lo que ha permitido una atención meticulosa a cada detalle en la producción de sus vinos.
El enólogo principal de la bodega es Pablo Eguzkiza, quien ha sido fundamental en el desarrollo de los vinos de Izadi, aportando su experiencia y creatividad para resaltar las características únicas de la región.
Comenzamos la visita profesional en el viñedo singular “El Regalo” de bodegas Izadi , Ivan Pérez y el jefe de campo nos reciben. Nos explican que es un viñedo singular -son aquellos viñedos especiales de una edad superior a 35 años, cuya extensión tiene que ser inferior a la del término municipal, para el mejor termino para calificarlos sería el “Grand Cru de Rioja”– en este caso cuenta con 3,85 hectáreas a los pies de la Sierra de Toloño, viñedo plantado en 1936. Iván recalca que su inscripción se realiza cuatro años después, no hace falta que os diga porqué, ¿verdad? El viñedo es ecológico, lo que le da un valor especial.
A pesar de la lluvia disfrutamos del viñedo, su fantástico paisaje y el aroma que desprende el suelo mojado y las hierbas rehidratadas. Nos llevan a una pequeña caseta que desde lejos parece una cabaña de aperos o para guarecerse de la lluvia, resultó ser la “Ermita del Regalo” que da nombre al viñedo, en este espacio nos tenían preparada la cata de los dos vinos del Regalo, blanco de Viura y tinto de Tempranillo, no dejéis de probarlos son unos vinos excepcionales.
Como el vino es historia está Ermita tiene la suya, y no es otra que una dote que acabó convirtiéndose en el regalo de un esposo a su futura mujer y que los herederos quisieron representar con una pequeña Ermita donde vela por este presente “Nuestra Señora de El Regalo”.
Bodegas Remírez de Gamuza, el legado de un ser irrepetible.
Fundada por Fernando Remírez de Gamuza en 1989, apellidos de los que toma nombre la bodega, actualmente está gestionada por la familia Urtasun.
Sin duda no podemos hablar de la bodega sin nombran a su creador, “culpable” en gran parte de la evolución de lo clásico a lo contemporáneo donde su máxima era conseguir la calidad excepcional a partir de una selección exigente de la materia prima, la uva.
Trabajó en pos de un cambio y lo consiguió. Inventó diferentes aparatos o maquinaría para mejorar el trabajo, siempre pensando en los trabajadores, como una cinta inteligente para la selección de la uva que evitaba el mareo de las mujeres que seleccionaban el grano de uva, uno a uno y un sistema de prensado propio – una membrana gigante que se introduce en el depósito, esta se llena de agua y aplasta los granos de uva contra el acero inoxidable, dándole la presión justa– estos inventos siempre estaban a disposición de quien los necesitaba, solamente tenían que pedirlos.
El cambio fue tan significativo que hoy en día están reflejados en la evolución de los vinos contemporáneos de la Rioja.
Fernando, cuando creó su proyecto, no tenía conocimientos de enología ni era agrónomo, pero conocía a la perfección la tierra y las viñas de Rioja, hizo una selección de los mejores viñedos en Samaniego -aquí tenía su viñedo preferido, el que cuidó y mimó, como si de su hijo se tratase- y allí creó su bodega. “En tiempos de titulitis es un ejemplo para muchos”, tenía claro lo que quería conseguir, hacer el mejor vino de Rioja con las mejores uvas y lo consiguió, 100 puntos Parker al Gran Reserva del 2004 lo atestiguan.
Jesús Mendoza es el enólogo que supo plasmar el alma inquieta de Remírez y que sigue al pie del cañón aportando cambios sin perder la idea original, ante todo la calidad del viñedo y su fruto.
Bodegas Remírez de Ganuza cuenta con ochenta hectáreas de viñedos en las estribaciones de Sierra Cantabria (Rioja Alavesa), con cepas que tienen una edad media de 60 años.
Jesús elabora diez vinos con los que expresan el carácter, singularidad, la tierra y lugar, como Erre Punto (maceración carbónica elaborada de las puntas del racimo), Trasnocho, Remírez de Ganuza Gran Reserva, Remírez de Ganuza Reserva, estos elaborados con los hombros del racimo -idea de Fernando y única bodega que sigue esta técnica- Remírez de Ganuza Blanco Reserva, Remírez de Ganuza Blanco Gran Reserva Olagar, Viña Coqueta, Fincas de Ganuza, María y Iraila -primer vino de la bodega elaborado con 100% uvas de variedad garnacha-.
Bodegas Murua, donde el arte y el vino se fusionan con la sostenibilidad
Bodegas Murua es un clásico de Rioja que ha ido innovando desde que el grupo Masaveu la adquirió, sin perder el origen… Nace en 1974 y se encuentra celebrando su cincuentenario aniversario y lo hace con un guiño a la naturaleza ya que el 100% de sus viñedos están certificados ecológicos y apuesta por una viticultura regenerativa.
Bodegas Murua posee un total de 51 parcelas de viñedos propios de distintas variedades de uva que suman una extensión de 80 hectáreas en los terrenos de Rioja Alavesa, repartidos por los municipios de Elciego, Laguardia, Villabuena de Álava, Leza, Lanciego y Navaridas. Este precioso paisaje está repleto, entre viñedo y viñedo, de decenas de lugares de interés cultural como yacimientos de la Edad de Bronce, monumentos megalíticos y pueblos medievales, que enriquecen todavía más la experiencia enoturística tan reconocida internacionalmente que ofrece esta zona de La Rioja
Si nos paramos a mirar un poco más de cerca el entorno que rodea la finca de bodega Murua podríamos observar que está dividida en 8 pagos plantados con viñedos de distintas variedades, Teresa Muñoz, la directora de comunicación, recalca la importancia que han dado al estudio de la orientación, la exposición solar de los racimos y el terroir para conseguir los mejores resultados con cada tipo de uva. Con viñas casi centenarias, la tempranillo es la estrella de los viñedos de Murua, con vinos de una alta calidad como M de Murua -100% tempranillo, o Murua Reserva -92% tempranillo, 8% graciano y mazuelo-, el buque insignia de Bodegas Murua.
El viñedo se complementa, con variedades blancas: viura, garnacha blanca y malvasía, del que se nutre el Murua Blanco Fermentado en Barrica; y variedades autóctonas tintas como graciano, mazuelo y garnacha, con las que el enólogo Mathieu Barrault termina de imprimir el carácter propio de Rioja Alavesa a los vinos de Bodegas Murua, entre los que destacan VS Murua y Veguín de Murua Gran Reserva, una joya que solo se elabora en añadas extraordinarias.
Sin duda esta fantástica bodega que une cuatro requisitos esenciales para hablar de turismo enológico: historia, arte, gastronomía y vino. Su oferta en enoturismo está comandada por su colección de arte, una gastronomía que armoniza al 100% con los grandes vinos que hemos tenido la suerte de disfrutar en una excelente comida con alma riojana.
Sin duda esta bodega puede optar a ser finalista de los Premios Vino es Cultura de la AEPEV 2025, ya que conecta el vino con el arte y la creatividad.