La bodega ubicada en el corazón de Rioja Alavesa puede presumir de elaborar más vinos blancos que tintos, basándose, únicamente, en variedades autóctonas, algunas de ellas minoritarias. Larrosa Blanca, Izadi Selección o El Regalo son algunos de esos proyectos que revelan la inquietud de la bodega por el blanco.

Fue a principios de los años 90 cuando Izadi, que cuenta con casi 200 microparcelas de viñedo viejo en el triángulo que conforman Villabuena, Samaniego y Ábalos, comenzó a elaborar un vino blanco basado en la Viura y Malvasía de esos viñedos plantados a mitad del siglo pasado. Durante 20 años su vino blanco fermentado en barrica representó la tradición de Rioja Alavesa, al utilizar las variedades blancas plantadas en las cabezadas de esas pequeñas parcelas donde uva tinta y blanca convivían.

Sin embargo, la inquietud que siempre ha demostado esta bodega, que hunde sus raíces en la gastronomía, le ha llevado en los últimos 15 años a desarrollar nuevos proyectos blancos, bajo su visión de convertirse en un referente en Rioja más allá de sus tintos. Para ello, “nos dimos cuenta de que había que recurrir a las variedades minoritarias: garnacha blanca, matura blanca, turruntés… las cuales nos han permitido dar otra dimensión a nuestros blancos, pues cada una de ellas aporta algo al conjunto que hace mejorar los coupages”, sostiene Lalo Antón, director general de Izadi.

“Comprender cómo contribuye cada una de estas variedades o cómo las tenemos que vinificar (si en inoxidable, cemento, fudre, barrica bordelesa, bocoyes…) es clave, y eso sólo se consigue tras muchos años de prueba y error, de paciencia y de aprendizaje”, añade Antón. Gracias a ello, a día de hoy, Izadi elabora hasta cinco referencias blancas, a las que hay que añadir dos rosados, donde la bodega de Villabuena también es una de las pioneras.

Izadi Selección Blanco fue uno de estos primeros vinos en abordar nuevas variedades. De hecho, es el único en Rioja con los seis varietales autóctonos: Viura y Malvasía (herencia de ese fermentado en barrica de los años 90), Garnacha Blanca, Tempranillo Blanco, Matura Blanca y Turruntés. Casualmente, de esta última variedad, Izadi tiene en su haber el 25% de la producción de toda la denominación de origen, que cuenta sólo con 4,8 hectáreas.

De entre todas esas variedades, Izadi identificó la Garnacha Blanca, que procede principalmente de algunos viñedos cercanos a Baños de Ebro y San Vicente, como la que tenía mayor potencial para elaborar un monovarietal joven, con una gran expresividad aromática y una boca fresca y frutosa. Su nombre: Larrosa Blanca. Este vino, además, completa el proyecto Larrosa, una trilogía basada en la variedad garnacha.

“Llegados a este punto, nos dimos cuenta de que era hora de tener entre nuestros vinos un gran blanco, uno de esos en los que no escatimas esfuerzos y que están llamados a marcar una época”, confiesa Roberto Vicente, enólogo de la compañía. “Para ello, hemos recurrido a nuestro mejor viñedo, un viñedo singular, El Regalo, que, como todos los viñedos viejos de la zona, atesora una exquisita riqueza varietal con cepas de Viura y Malvasía, entre otras, plantadas allá por 1936, y cuya uva es perfecta para crear vinos de guarda”, añade el elaborador riojano.

A estos vinos se les unen otros dos nuevos proyectos que saldrán en los próximos meses, “y que llevan ya un tiempo embotellados. La idea es mostrar la diversidad y el alto potencial que tiene el blanco en Rioja, y que se consigue gracias a años de trabajo con las variedades locales, por las que llevamos décadas apostando”, puntualiza Lalo Antón.

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