El restaurante cacereño inaugura “Mesa del chef” como formato pensado para 4 comensales frente a su cocina vista, para disfrutar de un menú de microtemporada, basado en el recetario tradicional cacereño, dos miércoles al mes.
• Un menú especial centrado en el mejor producto de los proveedores locales de esa semana: despensa extremeña que cambia según temporada e inspiración. Disponible en horario de comida y cena, por un precio de 58 euros, contará con tres aperitivos, un entrante, un pescado, una carne y un postre. Esta propuesta estará disponible hasta finales de año.
• La propuesta habitual de Borona Bistró se ancla en la cocina tradicional extremeña, revisitada desde una mirada contemporánea y personal. Víctor Corchado —chef del proyecto— articula una cocina “de mano” que rinde homenaje al producto, al paisaje y a la memoria.
• Dos menús degustación —Jaramago y Algarabía— que cambian cada mes y se complementan con una nueva carta estacional. Platos como el escabeche de solomillo ibérico, el flan de la abuela Julita o las migas con patatera condensan su filosofía: tradición reconocible, sencillez bien entendida y emoción a fuego lento.
• Más de 30 productores locales forman parte de una red que sostiene la cocina de Borona Bistró. Desde las verduras de la Huerta de Lorenzo Erce en Ribera del Marco o el cordero merino de Merineando en Sierra de la Mosca, hasta los Ibéricos Morán de Malpartida de Cáceres o los pescados de Pescaderías Salgado.
• Pequeños gestos conectan la cocina con las raíces cordobesas de Rocío Rey, cofundadora del proyecto, desde la mantequilla de Fuente Obejuna o los vinagres artesanales de Doña Mencía, hasta los generosos de Montilla-Moriles.
• La bodega reúne más de 140 referencias que recorren el panorama vinícola nacional, con especial atención a Extremadura y Montilla-Moriles.
• Situado en el casco antiguo de Cáceres, en la Calle General Ezponda, nº3, el restaurante ofrece una experiencia cálida y personal para un máximo de 30 comensales.
• Borona Bistró fue distinguido con un Sol de la Guía Repsol en 2024 y es un restaurante recomendado por la Guía Michelin.

La cocina de raíz extremeña de Borona Bistró, a manos del chef Víctor Corchado, inaugura su “Mesa del Chef” este miércoles 11 de junio y hasta finales de año. Borona Bistró lanza un nuevo formato de experiencia gastronómica para cuatro comensales en torno a su cocina vista: “Mesa del Chef”, una propuesta íntima y dinámica que se celebrará dos miércoles al mes, tanto en servicio de mediodía como de cena. Concebido como un menú de microtemporada, esta nueva experiencia nace del recetario tradicional cacereño, reinterpretado cada semana con el mejor producto disponible de su red de pequeños productores locales.

Cada menú será diferente, fiel al ritmo del paisaje y al pulso de la despensa extremeña. Por un precio cerrado de 58 euros, incluirá tres aperitivos, un entrante, un pescado, una carne y un postre, construidos a partir de ingredientes de máxima frescura, según la estacionalidad y la inspiración del chef. Una forma de acercarse aún más al alma de Borona: la cocina hecha a mano, con identidad y memoria.

Borona Bistró nace en 2021 con la clara vocación de reivindicar la cocina tradicional extremeña desde una perspectiva contemporánea, renovada pero siempre reconocible. Su propuesta se asienta sobre una cocina sencilla, artesana y honesta, como una manera de poner en valor las raíces gastronómicas y culturales del territorio.

El proyecto el resultado de una historia compartida: el chef Víctor Corchado y Rocío Rey, pareja dentro y fuera de sala, que tras años de formación y trabajo conjunto, han construido en Borona Bistró su sueño común. Desde el centro de Cáceres, comparten con cada comensal no solo platos, sino una forma de vivir la gastronomía: sencilla, emocional, profundamente extremeña y absolutamente personal.

El propio nombre del restaurante, “Borona”, encierra esta filosofía: alude a un pan de maíz, aunque su origen es aún más remoto, anterior a la llegada del maíz a Europa. Esta elaboración ancestral, que ha sabido adaptarse a los cambios de cada época y región, simboliza la manera en que el chef Víctor Corchado entiende la cocina: respetuosa con la tradición, pero abierta a pequeñas innovaciones que impulsan su evolución sin traicionar su esencia.

Desde su apertura en un pequeño local y en plena pandemia, Borona Bistró apostó de forma decidida por una cocina de identidad, siendo pioneros en articular una propuesta centrada en la tradición regional en un momento en el que la oferta gastronómica tendía a la homogeneización. En septiembre de 2024, el restaurante se trasladó a su actual ubicación, más espaciosa pero fiel al espíritu original: un lugar íntimo, acogedor y de trato directo con el cliente, donde la experiencia sigue siendo personal y cercana. Borona Bistró no busca deslumbrar con artificios, sino ofrecer una experiencia tranquila y auténtica, donde lo tradicional cobra una nueva vida sin perder sus raíces.

Borona Bistró recibió un sol de la Guía Repsol en el año 2024 y es un restaurante recomendado por la Guía Michelin.

Una propuesta gastronómica de raíces extremeñas que homenajea al producto y al paisaje desde la renovación del recetario tradicional

La propuesta gastronómica de Borona Bistró se construye desde la libertad creativa, pero con los pies firmemente anclados en la tierra en la que se asientan: Extremadura. No hay nada impostado ni impuesto en su cocina, sino una profunda convicción por resaltar la verdad del producto, su origen y su estacionalidad.

Aquí, la tradición y la sencillez se elevan con técnicas contemporáneas, sin perder el alma del recetario popular extremeño. Cada plato nace del respeto a lo esencial, de una artesanía culinaria donde todo —desde los fondos hasta los escabeches— se elabora de forma manual, casi al momento, con una sensibilidad que persigue la pureza del sabor.

Borona Bistró es una cocina de mano, que huele a hogar y evoca recuerdos a través de aromas y texturas reconocibles. Con 2 menús degustación, que se renuevan cada mes e incorporan novedades semanales, además de una recién estrenada carta, el restaurante ofrece una experiencia dinámica, profundamente ligada al paisaje y al tiempo.

El arraigo al producto local a través del trabajo con más de 30 productores

En Borona Bistró, el arraigo al territorio no es una declaración de intenciones, sino una práctica cotidiana y profundamente comprometida. La cocina del restaurante se sostiene sobre una red de más de 30 pequeños productores locales con los que se tejen vínculos sólidos y sostenibles.

Desde los pistachos de La Turruca (Azuaga, Badajoz), con los que se elabora su coulant de pistacho o las verduras frescas de la huerta de Lorenzo Erce en Ribera del Marco, hasta el cordero merino negro criado en extensivo a escasos 500 metros del restaurante dentro del proyecto Merineando en la sierra de la Mosca. Cada producto llega al plato con nombre, apellidos y raíces.

Borona Bistró trabaja con pescados y productos del mar que provienen de Pescadería Salgado (Cáceres), con Ibéricos Morán (Malpartida de Cáceres) y con setas y hongos de Julián Martín (Sierra de Gata, Cáceres). Con ello, cada plato se convierte en una expresión de respeto por el origen, por el productor y por la tierra que los alimenta.

Borona Bistró defiende una cocina de cercanía, con identidad y responsabilidad, que pone en valor tanto el sabor como el saber hacer de su entorno. En un contexto donde la oferta tiende a la homogeneización, aquí se reivindican ingredientes como la patatera —icono de la matanza extremeña—, las aromáticas cultivadas por la Asociación Síndrome de Down de Ribera del Marco, el pan artesanal de Pan Habla o el aceite de oliva virgen extra de Aurelio Juzgado Partido, desde Monterrubio de la Serena.

El compromiso es doble: medioambiental, al reducir la huella de transporte y apostar por prácticas respetuosas con el entorno, y también social, mediante la colaboración activa con iniciativas inclusivas como la mencionada asociación.

Guiños a la gastronomía cordobesa

Borona Bistró no solo cocina con el territorio extremeño como base, sino que también incorpora delicados guiños a la cocina cordobesa, como una forma de rendir homenaje personal y culinario. Estos gestos no son casuales: forman parte de una narrativa íntima y emocional que conecta directamente con Rocío Rey, mujer del chef e impulsora también del proyecto.

Entre esos guiños destaca el uso de la mantequilla de Fuente Obejuna, que aparece en el pase inicial de los menús como símbolo de esa raíz cordobesa, o los vinagres artesanos de Doña Mencía, que aportan profundidad y acidez equilibrada a diversas elaboraciones. La bodega de Borona Bistró también celebra esta conexión a través de referencias cuidadosamente seleccionadas de vinos de Montilla-Moriles, una D.O. histórica que enriquece la propuesta líquida del restaurante. Así, Borona Bistró traza un puente entre dos tierras —Extremadura y Córdoba— que comparten sensibilidad por el producto, por la cocina con identidad y por las historias personales que laten detrás de cada ingrediente.

La propuesta gastronómica se asienta en dos menús degustación

En Borona Bistró, la propuesta gastronómica se articula en torno a dos menús degustación que reflejan tanto el carácter de la cocina como el espíritu del restaurante: “Jaramago” y “Algarabía”.

El primero, “Jaramago” —que toma su nombre de una planta silvestre comúnmente considerada una mala hierba, pero que aquí se reivindica como símbolo de lo humilde y lo esencial— es la versión más breve del recorrido. Incluye cuatro aperitivos, un entrante, pescado, carne y postre por un precio de 69 €, con opción de maridaje de seis vinos por 119 €.

Por su parte, “Algarabía”, que alude a la alegría y al bullicio festivo, ofrece una experiencia más extensa y completa: cuatro aperitivos, tres entrantes, pescado, carne, prepostre y postre, por 79 €, o 129 € con maridaje.

Ambos menús son un reflejo del arraigo al territorio y la identidad de Borona Bistró, con platos emblemáticos como el escabeche de solomillo ibérico de bellota, las migas con patatera de Malpartida de Cáceres o el flan casero de la abuela Julita, que conectan con la memoria, el producto y la emoción.

Además, los menús pueden adaptarse a preferencias veganas o vegetarianas, reafirmando el compromiso del restaurante con una experiencia inclusiva, cercana y personal.

Una carta recién estrenada

La carta, estrenada a principios de junio, se compone de 4 secciones; picoteo individual, entrantes, principales y postres. Entre el picoteo destacan la mazmorra de almendra con burratina del emblemático torta del Casar o el pate de perdiz a la manera de Alcántara.

Entre los entrantes, callos de garbanzos de Valencia del Ventoso o la patata ratté esparragada, judía verde y jamón ibérico con huevo 65º.

En los principales, pescados como el bacalao entomatao o la trucha “Alta Extremadura”, que se combina con carnes como la paletilla de cordero merino confitada, el solomillo ibérico en escabeche ligero de almendras y alcaparras o el lomo de corzo en salsa cazadora y trigo sarraceno.

Postres como el flan, las texturas de naranja y limón, el coulant de pistacho o los helados caseros.

La propuesta líquida es un recorrido por las regiones vinícolas de España

La propuesta líquida de Borona Bistró es un reflejo de su compromiso con la calidad y la diversidad del panorama vinícola español. Con una carta que supera las 140 referencias, el restaurante ofrece un recorrido por las principales denominaciones de origen del país, con especial atención a regiones como Extremadura, Montilla-Moriles, Toro y Ribera del Duero. Esta selección no solo incluye vinos por botella, sino también una cuidada oferta por copas, permitiendo a los comensales explorar diferentes matices y maridajes.

Rocío Rey, cofundadora del proyecto, ha sido clave en la curaduría de esta carta, incorporando vinos singulares y poco conocidos que aportan profundidad y carácter a la experiencia gastronómica. Entre las joyas destacadas se encuentran el Abaxial Blanc de Noir de las bodegas Pentateuco y el Envejao de Castúo Wine, ambos de Extremadura, así como el Gran Barquero amontillado de Montilla-Moriles, con 25 años de crianza bajo velo de flor.

Esta cuidadosa selección de vinos complementa a la perfección los menús degustación del chef Víctor Corchado, creando armonías que realzan los sabores de cada plato y ofrecen una experiencia sensorial completa.

Una sala a la altura de la cocina

En Borona Bistó, la experiencia en sala es tan importante como la cocina. Carla, natural de Miajadas, lidera el servicio como mâitre, tras formarse en ESHAEX y pasar por referentes como Atrio o Martín Berasategui. Junto con Diego y el equipo de cocina —encabezado por Víctor Corchado—, han formado un ecosistema humano que prioriza la felicidad del cliente y del equipo.

“Queríamos que Borona fuese un lugar que recordaras, no por el protocolo, sino por la calidez. Un restaurante que te arrope y te deje poso”, explican Rocío y Víctor, quienes comparten vida y proyecto desde que decidieron “cocinar a fuego lento su sueño”.

Sobre el espacio

La sala de Borona Bistró, concebida para acoger a un máximo de 30 comensales, ha sido diseñada con la intención de romper formalismos y ofrecer una experiencia cálida, íntima y profundamente personal.

Lejos de los códigos tradicionales de la alta gastronomía, aquí no hay manteles ni rigidez; el ambiente invita a relajarse, a sentirse como en casa. Los tonos cálidos que tiñen el espacio —inspirados en los colores del Califato, con matices de azul y rosado—, junto con una cuidada selección musical, crean una atmósfera envolvente que busca arropar al cliente desde su llegada.

El interiorismo está lleno de simbolismo y referencias afectivas, como las obras de la artista japonesa afincada en Córdoba Hisae Yanase, cuyas criaturas mágicas, visibles solo para los más sensibles, evocan una filosofía que Borona Bistró hace suya: detenerse en lo pequeño, en lo esencial. También forman parte del alma del espacio las piezas del artista Antonio I. González, ambas presencias constantes desde el inicio del proyecto. Esta conexión con el arte, con lo invisible y lo emocional, convierte a Borona Bistró en un lugar distinto, difícil de encasillar, donde cada detalle —desde una escultura hasta una mirada en sala— está pensado para que la experiencia no se olvide fácilmente.

Una nueva experiencia, un territorio

Con este nuevo formato de La Mesa del Chef, Borona Bistró da un paso más hacia la experiencia personalizada, basada en el producto de microtemporada, la creatividad libre y la cercanía del servicio. Una forma de consolidar su propuesta y, al mismo tiempo, acercarse aún más a un público local y visitante que busca autenticidad, sabor e identidad.

“Queremos seguir cocinando a fuego lento este proyecto, sin perder la raíz, pero sin miedo a florecer cada temporada”, concluyen desde Borona Bistró.

Sobre el chef Víctor Corchado

Víctor es de Malpartida de Cáceres y se graduó en Dirección de Cocina en Mérida, en la primera promoción de la ESHAEX. Posteriormente cursó especializaciones en pastelería de restaurante, cocina de vanguardia y gestión de empresas hosteleras en diferentes escuelas para terminar cursando el Master de Innovación y Gestión de Restaurantes (MIGR) en el Basque Culinary Center de San Sebastián, donde acude cada año para actualizar conocimientos. Con Stage en Atrio (Cáceres), Martín Berasategui (Guipúzcoa) y Lazare (París), ha ejercido como Chef Ejecutivo del Relais&Chateaux Can Faustino 5* y Valbusenda 5*, entre otros. Actualmente ejerce como cocinero y administrador de Borona Bistró, además de colaborar con otras empresas de restauración y hotelería en la puesta en marcha y actualización de su oferta gastronómica.

TODO LO QUE DEBES SABER

Dirección: Calle General Ezponda, 3, bajo, Centro-Casco Antiguo, 10003, Cáceres
Teléfono: 927619192
Martes y miércoles: de 13:15 a 15:30h
Jueves, viernes y sábado: de 13:15 a 15:30h y de 20:15 a 22:15h
Descanso semanal: domingo y lunes
Web: https://boronabistro.com/
Instagram: @boronabistro

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