● Eternidad sobresale por su originalidad en la elaboración. Una crianza dinámica demuestra que en Pago Arínzano pueden hacer vinos blancos de larga crianza oxidativa.
● 5 Chardonnays de diferentes elaboraciones que nos llevan a un viaje de singulares paisajes: Chablis, Napa, Navarra y Jerez.
Por: Carmen Garrobo
En el 2021 Arínzano crea el proyecto Chardonnay Lab, “este ambicioso y meticuloso proyecto nace con el objetivo de encontrar los elementos de añejamiento que mejor preservan la esencia del terroir”. Arínzano cree y apuesta por la calidad de los vinos de Chardonnay en la finca, una variedad que se adapta perfectamente a su terroir.
Por ello, hace unos meses presentaron Arínzano Pureza y Arínzano Armonía: dos vinos de edición limitada, resultado de un minucioso y ansiado proyecto en el que se ha buscado, única y exclusivamente, identificar aquellos elementos que revelan de la manera más pura la excelencia de este terruño milenario a través de la uva Chardonnay procedente de la parcela Canteras, la más cualitativa de la Propiedad.
Arínzano Pureza
Chardonnay afinado durante un año en un depósito esférico de hormigón de 800 litros, sin recubrimiento, ha sido el que mejor ha expresado la singularidad de esta variedad en Arínzano. José Manuel nos cuenta que “el hormigón ha subido el PH del vino”, sin duda es importante tenerlo en cuenta, con un clima tan cálido como el de Navarra, donde se encuentra esta fantástica bodega.
Arínzano Pureza es un vino más expresivo, con aromas de lima, piña y manzana verde, Hierba Luisa y aromas de bajo monte como: enebro, helecho, tomillo etc. En boca sobresale la tensión y el nervio que le aporta la acidez, así como una sapidez marcada -el suelo calizo causa este efecto- me traslada a Chablis donde los vinos de Chardonnay son afilados y sápidos como lo es Pureza. Un vino para disfrutarlo sin prisas en buena compañía.
Arínzano Armonía
Es la máxima representación del Chardonnay más internacional, una variedad presente prácticamente en todo el mundo y que, en España, concretamente en Navarra, también se manifiesta como una uva excepcional para elaborar blancos de guarda. Este vino es ‘bis a bis’ entre el enólogo de Arínzano, José Manuel Rodríguez, y el Master of Wine, Jon Pepper.
En Armonía, conviven tres tipos de crianza:
1.- Barrica francesa nueva de grano fino, de tueste medio alto, que aporta estructura, cremosidad, aromas balsámicos, crema pastelera y toffe.
2.- Barrica de roble francés de segundo uso que le aporta una reducción interesante debido a la menor exposición al oxígeno, ya que sus poros están cubiertos por sales del primer uso. En copa la reducción se pierde dejando paso a las frutas frescas y cítricas.
3.- Ánfora de 320 litros, fabricado con arcillas y control de la microoxigenación, con una forma de ovoide inversa, le aporta respeto por las características de la variedad.
Los tres envases donde el vino va afinándose y creciendo día a día, dan unas características únicas al vino. En nariz aparecen frutas de Navidad: orejón, ciruelas, naranja; notas de gominola de jengibre, mango seco y piña, sin olvidar los aromas que aportan la madera, notas de especias dulces, tabaco de pipa, balsámicos, cremas y toffe. En boca es sabroso, untuoso, opulento, con una acidez marcada que nos hace salivar, profundo, con retronasal especiado y recuerdos de la fruta escarchada. Una joya para tomar a sorbos que me trasladan a Napa, donde los chardonnays son profundos, corpulentos de aromas escarchados cuando entran en años, ¿os recuerda algún chardonnay de España?. Yo he tenido la suerte de disfrutar de Armonía.
Arínzano Hacienda
Llegamos a los chardonnays clásicos de Arínzano donde se encuentra Hacienda, las uvas llegan de las diferentes parcelas, lógicamente hay una gran mezcla de suelos. El vino se elabora con la siguiente receta: el 70% es fermentado en depósitos de acero inoxidable y 30% va en barricas nuevas de roble francés, ambos durante 12 meses.
En este vino encontramos la esencia inicial de Pago Arínzano, un vino con una nariz súper expresiva, destacando los aromas de ralladura de piel de lima y naranja, membrillo, pera y piña al que le acompañan los aromas de monte bajo que también encontramos en los vinos anteriores. Viene marcado del paisaje donde se encuentra el viñedo. El vino es de entrada suave y cuerpo amplio, de excelente acidez, largo. En todo momento lleva el acompañamiento de frutas que marcan la variedad.
Gran vino blanco
Vino icono de la bodega, los suelos son de arenisca roja, apoyada sobre roca madre calcárea. Se seleccionan los racimos y estos pasan a la prensa sin despalillar -quitar la parte leñosa del racimos- el mosto pasa a fermentar en barrica de 1º y 2º uso a baja temperatura. La crianza en barricas de roble francés 50% nuevas y 50% de segundo uso, entre 8 y 9 meses, en este tiempo sus lías al agitarlas van dibujando el estilo de vino, como crisálida que aguarda para convertirse en una bella mariposa.
Los aromas intensos se reparten entre las notas de masa de pan fermentando, melocotón, albaricoque, ciruela claudia, pera, piña, lemon grass, frutos secos, balsámicos. En boca es una bomba, alta sapidez con tensión marcada, muy sabroso, con un respeto absoluto de la barrica hacía la fruta. Los aromas en boca marcan la fruta de hueso. Súper largo.
Llegamos al momento estrella la presentación del último Chardonnay que Pago Arízano pondrá en el mercado en el mes de junio.
Eternidad Solera Blend de las añadas 2015, 2016, 2017 y 2018
Si habéis leído bien solera, os explico: es un vino que se fermenta en barrica de 1º y 2º uso a baja temperatura, su crianza se realiza en pirámide de envejecimiento sobre barricas de roble francés de 225 litros, tal como nos explicó José Manuel “la crianza en 4 fases o alturas: solera, 1ª criadera, 2ª criadera y sobre tablas”, ¿os suena? Seguro que sí. A mí me ha trasladado a el marco de Jerez.
Anualmente se hace una saca de 1/3 de la solera -todas las barricas que están pegadas al suelo- y se rellenan con la 1ª criadera y está con la 2ª criadera, hasta llegar a la sobretabla que recibirá la añada más reciente. Este vino no tiene intervenciones finales, ni estabilización ni filtración, por lo que beberlo se convierte en algo único.
“Con este sistema consigue que la edad media sea de 7 años siendo el 55% del 2015”, afirma Rodríguez. Siento comunicaros que solamente saldrán al mercado 500 botellas, quien se haga con una tendrá varias experiencias que, sin duda, quedarán en su recuerdo.
De color oro intenso de capa alta, muy brillante. Los aromas súper expresivos: piña, membrillo, piel confitada de naranjas, frutas escarchadas, avellanas y anacardos que se mezclan con el monte bajo: sabinas, tomillo, romero, campo vivo que nos abraza. Este vino cada minuto cambia convirtiéndose en uno nuevo, 20 minutos después el vino sigue abriéndose y se tunea dando expresiones diferentes, cacao, vainillas… una locura inolvidable.
En boca es potente y tierno a la vez, elegante, vigoroso a pesar de los años de larga crianza dinámica, con una sapidez marcada y una acidez que sorprende, ambas harán que este proyecto sea de larga vida y que nuestros paladares lo disfruten.
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De catas con Carmen Garrobo» I @carmengarrobomartinez
Docente principal y directora Escuela Española de Cata. Especialista en cata y análisis sensorial. Comité Formación Aepev. Vicepresidente Asumad. Jurado internacional cata.